La Luna
La Luna es la historia de tres generaciones: un abuelo, un padre y un hijo. El corto empieza con estos tres personajes en un bote. Por primera vez, el abuelo y el padre están llevando al pequeño a que aprenda un oficio familiar que ha trascendido generaciones. Él ya tiene la edad suficiente para hacer lo que sus antepasados han hecho toda su vida: barrer las estrellas que caen sobre la Luna. Desde el inicio, tanto el padre como el abuelo intentan imponer su estilo al menor… el abuelo le dice que haga algo y padre le dice que haga lo contrario. Confundido, el pequeño no tiene ni la menor idea de qué hacer y cómo hacerlo.
Ignorando al niño, ambos hombres intentan encontrar la forma de moverla, pero no tienen éxito. Mientras tanto, silenciosamente, el niño se aleja de sus parientes, explora la situación y liberado de la presión que ejercían su padre y su abuelo, encuentra la solución al problema.
Esta historia resalta la importancia de permitir a los niños encontrar su propio camino. Cuando el padre y el abuelo intentan imponerse, lo hacen convencidos de que es lo mejor que están haciendo por él, sin embargo, el desenlace de la historia evidencia que hay mayores frutos cuando dejamos que los niños exploren libremente y tomen riesgos.
El papel de padres y docentes, teniendo en cuenta eso, es guiar y aconsejar sin imponer, pues de esta forma ellos podrán encontrar sus propias herramientas para seguir adelante en un proceso que estará lleno de grandes desafíos y satisfacciones. La familia y el colegio son dos ámbitos sociales donde el niño se expresa y actúa como individuo. Por eso mismo, su desarrollo en dichos espacios debe ser constructivo y positivo; eso no solo mejorará las habilidades sociales del niño, sino también la seguridad en sí mismo para relacionarse con otros y su capacidad de proponer, trabajar la mente y resolver problemas.
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