Este corto intenta transmitirnos, con ternura, afecto y de una forma cercana, la historia de un niño, llamado Lorenzo, que tiene que arrastrar un cazo rojo, siempre junto a él. A veces, el cazo le pone ciertas dificultades y retos en la vida que, gracias a la ayuda de algunas personas, aprende a superar poco a poco. De esta forma, encuentra los aspectos positivos de la vida donde antes solo veía aspectos negativos. La principal moraleja de este cuento es que las personas con discapacidad, que en este caso simula el cazo rojo, no tienen por qué querer deshacerse de ella, es decir, no tienen por qué verla como un estorbo o una molestia. Es cierto que, a veces, impide realizar una vida normal, pero es mucho mejor que intenten llevarlo de forma creativa en vez de crear una continua lucha, aunque no siempre resulte tan sencillo. Sin embargo, Lorenzo acaba llevando su cazo rojo metido en un bolso, lo cual le permite superar los obstáculos que antes encontraba de una forma menos complica...